lunes, 19 de febrero de 2007

Móvil, ese gran desconocido

El miércoles pasado mi teléfono dejó de escucharse. No es que importara demasiado teniendo vibrador, pero eso de que tampoco se oiga la alarma... asi que ahi me fui yo a buscar uno nuevo que me gustase y fuera barato. Caprichosa como soy, un Nokia (como los anteriores) pero esta vez con tapita, porque yo lo valgo, chiquitajo como él solo y negro. Pasé la tarde buscando wifi para poder bajar el software necesario y copiar la agenda y las fotos, etc. Y luego ya en casa me puse a cotillear lo que tenía de diferente. Radio, bluetooth y esas chorradas.
Hasta aqui, todo bien. En teoría. Porque resulta que todo eso no me sirve para nada. Para nada útil, quiero decir. Conectarse a internet con el móvil es prohibitivo (cuando lo consigues, aro) y a velocidad de tortuga, enviar un mail está fuera de toda cuestión, no diré nada sobre bajar videos, mp3, etc.
Ayer estuve intentando descubrir que es el dichoso PTT que aparece en la pantalla con sólo tocar un botón. Según la web y el libro de instrucciones, consiste en utilizar el móvil como si de una emisora se tratase. Es decir, conecta con el número al que envias la señal mediante una frecuencia de radio. Pero no hay, repito, no hay absolutamente ninguna indicación en la web de la operadora de cuanto cuesta eso ni de los ajustes a realizar (que hay que hacerlos, no podía ser tan fácil). Si es una frecuencia de radio, debería ser gratis, ¿no? Pero el caso es que nadie lo sabe y no conozco a nadie que utilice el ptt de las narices. Se impone una llamadita a la operadora. Resultados en la próxima entrada.

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